domingo, 12 de diciembre de 2010

Segundos.

Que se me hacen eternos si se trata de tu mente. ¿En qué piensas? Me pregunto cuando da vueltas mi cabeza sobre el mismo pensamiento: un beso. 
En segundos suelo pasar de un sí a un no, de un no a un quizás y de un quizás a la eterna pregunta ¿En qué pensarás?

En menos de un segundo mi corazón crea mil latidos, siempre al ritmo de tu respiración, siempre al ritmo de tus "te quiero", tus abrazos y tu sinrazón...

Un segundo. Sólo anhelo un segundo del abrazo que te ruego sentados en tu sofá. . .